POPULISMO Y PATRIOTISMO
No podía salir de mi asombro, era entre grotesco e indignante que las mujeres "progres" de todas partes del mundo, de entre todas las injusticias que sufre la mujer la
a lo largo y ancho del planeta, eligieran como "causa belli" como motivo para una gran #MarchOnWashington la investidura de un presidente democráticamente elegido en las urnas, que ha recibido el respaldo de más de 60 millones de electores, el candidato republicano con mayor número de votos de la historia. Con la financiación de ese siniestro personaje llamado George Soros que inyectó 90 millones de $ en esta marcha para iniciar el derrocamiento de Trump, estas feministas de pacotilla han decidido llenar las calles de EEUU y de sitios emblemáticos de muchos rincones del planeta y ser la punta de lanza del magnate masón, que no acepta que este Presidente venga a descolocar el orden establecido. Para este vergonzante movimiento de determinadas mujeres (que no representan a la mujer en general) nunca ha sido motivo de una marcha las miles de niñas raptadas y asesinadas por Boko Haram en Africa, tampoco las mutilaciones y muertes producidas por las ablaciones prescritas por el Islam más radical para cercenar los cuerpos de las mujeres musulmanas, tampoco defender el derecho de la mujer a elegir su fe en Pakistan y que ha costado la condena a muerte para Asi Bibi acusada de hereje por declararse cristiana. No amigos, todas esas barbaridades no merecían macromovilizaciones mundiales de las mujeres. Ni que decir tiene que tampoco lo merecía el hecho de unirse para pedir el final del terrorismo yihadista que solo en EEUU provocó la muerte de 3000 personas el 11-S de 2001. Producía sonrojo ver a muchas mujeres americanas utilizar la bandera de las barras y estrellas como hijab, su ignorancia les hace obviar que en Irán, Pakistán o Arabia Saudí hubieran sido lapidadas por reunirse.
Y es que nada de lo anteriormente descrito denigra a la mujer tanto como ese tipo de tez anaranjado, pelazo rubio de bote, cara de mala leche y tremendamente rico que ha osado ganar legitimamente unas elecciones y ser elegido Presidente de USA. Para ellas lo que denigra a la mujer en general es que unas cuantas mujeres salgan en medios de comunicación diciendo sin aducir pruebas ni presentar denuncias en los tribunales, que este tipo de aspecto bastante desagradable se sobrepasó con ellas. No tuvieron esa misma reacción cuando el presidente en activo, demócrata él, Bill Clinton, utilizó su situación de privilegio para solicitar favores sexuales a una becaria en el mismísimo despacho oval.
He de reconocer que el personaje Donald Trump no me cae especialmente simpático; cuando anunció su candidatura a las primarias republicanas, pensé que era una baladronada de un rico aburrido con ganas de notoriedad. Sus muchas y ridículas apariciones en los medios me hicieron pensar que sería absorbido por la maquinaria republicana a las primeras de cambio. Pero no fue así porque el hecho de no pertenecer al "estableishment" le permitió una serie de libertades que el resto de candidatos cagones, presos de lo politicamente correcto no tuvieron el arrojo de tomarse ni tampoco de contrarrestar. Pudo hablar abiertamente a la gente normal de sus problemas reales con un lenguaje que entendían. Ese tipo orondo, mal encarado antipático y en ocasiones maleducado, hablaba su mismo idioma, sabía cuales eran sus preocupaciones y les daba propuestas que ellos entendían y les inspiró confianza y creyeron en él. Se ganó el voto de millones de americanos de los que no salen en las películas. Incluso millones de inmigrantes legales y adaptados al sistema de vida americano han dado su voto a este individuo al que tachan de xenófobo. Florida, estado plagado de inmigrantes hispanos, dio su voto electoral a Trump. Y es que el inmigrante que trabaja y vive conforme al orden legal americano nada tiene que temer. Los irregulares y los delincuentes sí. Por cierto nadie dirá que el presidente saliente, el insigne Nobel de la paz Barack Obama, tiene el record de deportaciones de ilegales en sus 2 mandatos.
La petulante élite hollywoodiense pensó que América eran ellos y que todos aquellos que hacían cola para ver sus películas, entregarían su voto a quien ellos dijeran. Los titiriteros universales, el mundo de la farándula todavía no se ha enterado que solo los necesitamos para divertirnos 2 horas viendo sus películas, cada vez más mediocres por cierto, pero que una vez aparece el "THE END" en la pantalla, la opinión política de unos privilegiados que viven en mansiones millonarias, nos la trae al pairo; En Arkansas, Idaho o Nebraska lo que Meryl Streep opine sobre la denigración de la mujer les importa poco menos que un bledo. Las mujeres trabajadoras que van a las fábricas de Detroit a las 6 de la mañana por 1000$ al mes para que luego la globalización y el libre comercio permita que en USA se vendan coches coreanos a mitad de precio porque en Corea la mujer está aún más denigrada y cobra 500$, la opinión de una diva enfundada en un vestido de Gucci que vale lo que ella ganará en un año es, con perdón, una mierda, una demagogia infumable. Para el granjero de Wisconsin, que ve como sus mazorcas son rechazadas en el mercado porque las que llegan de Méjico valen la mitad, porque allí a las mujeres las denigran pagándoles salarios ridículos porque su alternativa es practicar la prostitución para ser violadas y desaparecer en Ciudad Juarez, la opinión de George Clooney con su smoking de Armani, le produce arcadas y si lo tuviera delante no le diría una impertinencia de las que suelta Tump, si no que le estallaría en la cabeza una botella de Budweiser ¿Para cuando Madonna, Miley Cirus o Lady Gaga en una marcha en favor de las victimas de Ciudad Juárez?
Trump ha ganado legitimamente las elecciones y ha hecho tambalear los cimientos de la política tradicional, las élites políticas y culturales y los "lobbys" de poder viven en un mundo irreal, al margen de los problemas de la gente. Hace 8 años consiguieron embaucar a la mayoría de los americanos con un tipo de maneras estupendas, con verborrea florida pero vacía de contenidos, cuyo principal aval era el color de su piel.; un showman, otro actor de Hollywood, bajo cuyo mandato EEUU ha perdido peso en el mundo, el yihadismo ha crecido imparablemente, él estaba muy preocupado en abrir la Casa Blanca a los "lobbys" gays y abortistas, en subir los impuestos, en intervenir la educación y en entrar en la demagógica instauración de un programa sanitario que no va con la idiosincrasia americana, aunque desde Europa no lo entendamos. Todo eso unido a la elección de una candidata pésima, cuyo único valor era ser mujer, han sido el motivo de que la América profunda, la que se levanta cada día a realizar los trabajos más feos y duros, se imponga a los inteligentes y "progres" yuppies de Wall Street, a las élites universitarias de Nueva Inglaterra y a los hippies titiriteros de la Costa Oeste.
Trump con sus formas toscas, desagradables y rudas ha hecho que millones de americanos olvidados por no ser tan listos y guapos como los habitantes de las grandes ciudades, vuelvan a ser importantes, que sus puestos de trabajo sean valorados y han respondido al grito de "First America", me da igual el origen que tenga la frase. A Trump, como debe ser, lo que piense una Europa en descomposición moral, que ha tragado con la invasión silente del Islam y que ahora además sufre su terror yihadista, no le importa lo más mínimo. Su única preocupación ahora es "Make America Great Again", en cuatro años, juzgaremos sus logros. Habrá quien lo llame populismo, yo lo llamo patriotismo.